En boca de un poeta:

Canto de amor a Stalingrado

Honor a ti por lo que el aire trae,
lo que se ha de cantar y lo cantado,
honor para tus madres y tus hijos
y tus nietos, Stalingrado.
Honor al combatiente de la bruma,
honor al Comisario y al soldado,
honor al cielo detrás de tu luna,
honor al sol de Stalingrado.


sábado, 19 de mayo de 2012

Desencanto




Desde los vértices de tu ausencia
llegó la más estricta soledad, 
ahora que ni en La Beneficencia
reparten caricias de caridad.


Este mono de ti, esta abstinencia,
este suplir tus besos con prozac,
este Desencanto, esta decadencia
al más puro estilo Panero-Blanc.


Exiliado en la embajada de lo triste,
anclado desde el día que te fuiste
en guerra sucia contra mí mismo.

Y afuera las calles grises y hostiles
repletas de tricornios inciviles
…y yo condenado al ostracismo.

Aitor Cuervo Taboada, las resacas duelen, pero resultan provechosas.

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