En boca de un poeta:

Canto de amor a Stalingrado

Honor a ti por lo que el aire trae,
lo que se ha de cantar y lo cantado,
honor para tus madres y tus hijos
y tus nietos, Stalingrado.
Honor al combatiente de la bruma,
honor al Comisario y al soldado,
honor al cielo detrás de tu luna,
honor al sol de Stalingrado.


miércoles, 4 de noviembre de 2009

Solo soy un hombre.



Solo soy un hombre.

Para “la niña de las naranjas”.

Solo soy un hombre en la inmensidad
que lanza su orgullo al vacío,
un muñeco de nieve sin potestad
para querellarse contra el frío.


Solo soy un hombre en la oscuridad
que espera como la noche al rocío,
un barquito de papel que en tempestad
desafía al más poderoso navío.


Solo soy un hombre mientras escribo
desde la alegría o la tristeza,
un poeta que no encuentra el adjetivo

para definir con rigor a tú belleza,
un Napoleón maniaco y posesivo
un loco con delirios de grandeza.


Aitor Cuervo Taboada ( Esta madrugada, ya amaneciendo )

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