Con las manos manchadas de barrio,
con los bolsillos llenos de agujeros,
dejándome el alma en cada escenario,
caminando sin prisa y sin dinero,
lanzando mi mensaje incendiario
de puerto en puerto, cual marinero.
Con la voz desgastada y descosida,
con una cicatriz y dieciséis heridas,
con la solidaridad como bandera,
así ando, recorriéndome el estado,
haciendo de mi pluma un soldado,
que dispara poesía guerrillera.
Aitor Cuervo
Atravesando Castilla, larga y ancha es.
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