Sois la pata izquierda del sistema,
sois enemigos de la revolución,
siempre fuisteis parte del problema
y nunca lo seréis de la solución.
Sin olvidar que el PCE en la transición
liderado por el traidor de Carrillo
cambió la tricolor, la hoz y el martillo
por la rojigualda, el yugo y el Borbón.
Los Pactos de la Moncloa vinieron
de la mano de Fraga y demás criminales,
seguían asesinando a compañeros
mientras renunciabais a todos los ideales.
Condenasteis la guerrilla al ostracismo,
entregasteis a los bravos luchadores,
ayudasteis a perpetuar el fascismo
y el enemigo os lo pagó con honores (y sillones).
Los vuestros seguían en las cunetas
o exiliados por no comulgar con yugos,
los vendisteis a todos por cuatro pesetas
reconciliándoos con los verdugos.
Y es que la reconciliación nacional
fue condenar al olvido la memoria,
perpetuar a un régimen criminal
legitimizando su papel en la historia.
Pero no todos comulgaron la reforma
del fascismo y denunciaron el engaño
se alzaron contra la farsa, hay por norma
que los valientes escapan del rebaño.
Mientras torturaban a Pepe Balmón
por comunista consecuente y honrado,
con los carceleros comiendo jamón
estaba Carrillo en la celda de al lado.
Porque todo fue una farsa a gran escala
el mejor modo de perpetuar la tiranía,
integrar a la izquierda domesticada
aparentaba una pluralidad que no existía.
Así nos vendieron Carrillo y la Pasionaria,
enterrando la línea revolucionaria
y dando paso al más ruin reformismo.
De la mano con fascistas y asesinos
comulgaron con ruedas de molinos
haciendo gala de su anticomunismo.
Aitor Cuervo Taboada
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