En las páginas de este poemario encontraréis una recopilación de versos con mucha tralla, alguna que otra sopresa que aún no desvelaremos y un magnífico prólogo por nuestro camarada Jorge Koba que más abajo adjuntamos.
La primera edición en papel ya es un hecho, y la presentaremos este fin de semana, el viernes en Madrid y el sábado en Guadalajara, en las entradas anteriores disponéis de más información acerca de los recitales.
En las presentaciones se podrán adquirir ejemplares a un precio más que popular. La versión en PDF para una descarga libre y gratuita se demorará hasta la semana próxima, en cuando tengamos algo de tiempo la subimos.
Adjuntamos la portada definitiva y el prólogo.
Portada:
Prólogo, por Jorge Koba:
Un poemario. ¿Qué les parece? Las mentes más superficiales, los espíritus más achatados y apolillados por el coro ramplón de sicofantes que, para agradar y no inquietar a sus acaudalados amos, se refugian en la atalaya del intimismo más huero, se imaginarán elevados cantos a las vicisitudes genéricas del amor, majestuosos versos a la soledad y a la aséptica desesperanza del hombre impotente ante unas relaciones sociales que se escapan de su control y deshumanizan y cosifican la existencia.
Una enorme decepción para todos esos filisteos será el descubrir que estos dos poetas de la revolución lejos de convertir sus versos en simples palabras vacías para el deleite estético, colocan su pluma y talento al servicio de la clase obrera, como un instrumento de lucha para el derrocamiento de sus seculares explotadores; que en lugar de servirse del caudal de belleza y el torrente de fuerza que impregnan sus poemas para el encumbramiento individual y observar con indiferencia, incólumes desde su torre de marfil, las “minucias” telúricas y la “vulgaridad inaprensible” de la lucha de clases, no dudan en ensuciarse en el fragor de la batalla por la emancipación del proletariado, en posicionarse con los pobres y los revolucionarios, porque el "camarada Máuser" necesita también de la palabra, de versos cuya composición despierten el fulgor revolucionario en las masas, de cantos hermosos que se correspondan con su sagrada lucha. Lo reflejó de forma magistral Vladimir Maiakovski: “Todos los soviets no serán capaces de hacer andar al ejército si los músicos y los poetas no comienzan antes a entonar una marcha".
Estos poetas revolucionarios (valga la redundancia; ya advertía García Lorca que todo poeta debe ser un revolucionario) forjan en cada una de sus composiciones un arte de nuevo tipo, que acompaña y dota de sus armoniosos versos a cada una de las gestas de los explotados y oprimidos y denuncia con vehemencia las tropelías e infamias de los abyectos verdugos de la primavera, la libertad y el futuro; un arte de urgencia que recoge el testigo del inolvidable Sánchez Casas.
Los versos que el afortunado lector descubrirá a continuación no se pueden entender si se enfocan como un monólogo interno, que establece una relación unidireccional con el pasivo lector; son versos que azuzan y despiertan conciencias, que buscan la reacción de quien los lee, que esperan su respuesta activa, suponen auténticos llamamientos impregnados de amor y rabia a la lucha revolucionaria. Son versos herederos de aquellos que escribieron, en la lucha contra el fascismo que aún continúa nuestro pueblo, Helios Gómez, Miguel Hernández, Luis Cernuda o Antonio Machado. Ahora sólo faltan más Líster que, con sus pistolas, acompañen a estas plumas.
Una enorme decepción para todos esos filisteos será el descubrir que estos dos poetas de la revolución lejos de convertir sus versos en simples palabras vacías para el deleite estético, colocan su pluma y talento al servicio de la clase obrera, como un instrumento de lucha para el derrocamiento de sus seculares explotadores; que en lugar de servirse del caudal de belleza y el torrente de fuerza que impregnan sus poemas para el encumbramiento individual y observar con indiferencia, incólumes desde su torre de marfil, las “minucias” telúricas y la “vulgaridad inaprensible” de la lucha de clases, no dudan en ensuciarse en el fragor de la batalla por la emancipación del proletariado, en posicionarse con los pobres y los revolucionarios, porque el "camarada Máuser" necesita también de la palabra, de versos cuya composición despierten el fulgor revolucionario en las masas, de cantos hermosos que se correspondan con su sagrada lucha. Lo reflejó de forma magistral Vladimir Maiakovski: “Todos los soviets no serán capaces de hacer andar al ejército si los músicos y los poetas no comienzan antes a entonar una marcha".
Estos poetas revolucionarios (valga la redundancia; ya advertía García Lorca que todo poeta debe ser un revolucionario) forjan en cada una de sus composiciones un arte de nuevo tipo, que acompaña y dota de sus armoniosos versos a cada una de las gestas de los explotados y oprimidos y denuncia con vehemencia las tropelías e infamias de los abyectos verdugos de la primavera, la libertad y el futuro; un arte de urgencia que recoge el testigo del inolvidable Sánchez Casas.
Los versos que el afortunado lector descubrirá a continuación no se pueden entender si se enfocan como un monólogo interno, que establece una relación unidireccional con el pasivo lector; son versos que azuzan y despiertan conciencias, que buscan la reacción de quien los lee, que esperan su respuesta activa, suponen auténticos llamamientos impregnados de amor y rabia a la lucha revolucionaria. Son versos herederos de aquellos que escribieron, en la lucha contra el fascismo que aún continúa nuestro pueblo, Helios Gómez, Miguel Hernández, Luis Cernuda o Antonio Machado. Ahora sólo faltan más Líster que, con sus pistolas, acompañen a estas plumas.
Jorge Koba
Salud!
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