En boca de un poeta:

Canto de amor a Stalingrado

Honor a ti por lo que el aire trae,
lo que se ha de cantar y lo cantado,
honor para tus madres y tus hijos
y tus nietos, Stalingrado.
Honor al combatiente de la bruma,
honor al Comisario y al soldado,
honor al cielo detrás de tu luna,
honor al sol de Stalingrado.


sábado, 14 de mayo de 2011

Lucha de Gigantes




Cuando uno escribe, hay poemas y poemas, poemas que acompañarán a la memoria hasta los restos y otros que sin querer serán condenados al destierro, este poema será eterno y es preciso situarlo.

Ayer en Logroño homenajeamos a Antonio Vega, se cumplían dos años de su muerte, fue muy emotivo, un nutrido número de bandas, poetas, músicos y espontáneos le rendimos tributo, en una velada tan sentida como vivida.

Yo leí “Lucha de Gigantes”, una versión de la mítica canción del maestro, que para mí es el mejor canto y quizás alegato a la drogadicción existente, el caso es que yo lo doté de otro significar, pero intentando conservar su esencia, siempre fiel a derroches, vicios y placeres.

Corría Agosto de 2010, mis huesos llegaron hasta Xixón, allá era la semana de fiestas, yo no lo sabía…Nnos bebimos Xixón y parte del extranjero, vaya días, pero sobretodo vaya noches, Antonio Vega ponía la banda sonora en aquella pensión xixonesa.

La cosa es que esos días Antonioy sus canciones estuvieron muy presentes, en el cuarto de pensión comenzaron a escribirse estos versos, en una libreta que me traje de Cuba, recuerdo. Tras una pletórica estancia llegó el momento siempre odiado del regreso, tras despedirme de mi partenaire de aventura que marchaba a otra ciudad con olor a lluvia y mar, me tocó buscarme la vida, la tarjeta del banco no funcionaba, en mis bolsillos quedaban un par de euros y mi rostro era testigo de tantas noches seguidas que vieron el amanecer. Tuve que mendigar para poder volver a Logroño, veinte tantos euros en total, cosa que no era nueva, me ha tocado hacer eso por tantas ciudades de la geografía de la península. . . Conseguí el dinero, tampoco me costó mucho, debía dar bastante pena, sumándole a esto al hecho de que siempre sueno muy convincente, rápido tenía la guita. Fui a la taquilla de Alsa y me dijeron que no había billetes hasta el día próximo, y no había ganas ni tiempo ni cuerpo pa´ aguantar otra verbena más por el Cantábrico. Cuatro horas después salía un bus a Astorga, mi tierra, echaría noche allí y luego a Logroño. El bus era un supra de esos de mierda, que son pa´ pijos y supercaros, aún así me sobraron unos eurillos, que invertí en cerveza y un bocata que me supo a gloria.

Faltaban aún horas para coger el autobús, me tiré en la estación, me hice un peta, encendí el mp3, sonó Lucha de Gigantes, saqué la libreta y seguí dando forma a estos versos que acabé ya a bordo del Supra.

Como detalle curioso decir que al día siguiente, viajé de Astorga a Burgos a dedo, y ya en Burgos me pillé otro bus que me trajo a Logroño.

Sin más dilación, mi versión libérrima y en consonante de Lucha de gigantes:

Y dentro de mi lucha de gigantes,
mi presente acusaba a mi pasado,
sin siquiera conocerte, mucho antes
dibujaba futuros a tu lado

Nuestra paz son unos breves instantes,
nuestro infinito es un beso apasionado,
nuestro delito desfilar triunfantes
por la dulce avenida del pecado.

Y dentro de mi lucha de gigantes,
pierde la razón, gana lo pasional,
tú y yo reconvertidos en amantes
nos perdemos en un mundo descomunal.

Y dentro de mi fantasmas terribles,
y sin saber cuándo volveré a verte,
este amor tuyo que me hace invencible
cada noche sin ti me hago más fuerte,

de todos los finales que posibles
muestra la vida al azar y a la suerte,
declino de manera indiscutible
quedarme cerca tuyo hasta la muerte.

Y dentro de mi fantasmas terribles,
un alarido de humano, de animal,
mis sentidos a tu sentir sensibles
sensitivos en un mundo descomunal.

Y dentro de mi bestias, monstruos de papel,
que maldicen la distancia y la prisa,
este tacto que añora el tacto tu piel,
este boca que te busca y te divisa.

Y en este amarte ni tregua ni cuartel,
arrancarte cada día una sonrisa,
requisar de tus pezones la miel
del panal que hay detrás de tu camisa.

Y dentro de mi bestias, monstruos de papel,
noches de bohemia y noches de arrabal,
este lobo convertido en perro fiel
que ladra por ti en un mundo descomunal.

Y dentro de mi lucha de gigantes.
Y dentro de mi fantasmas terribles.
Y dentro de mi bestias, monstruos de papel.

En un mundo descomunal.

Abrazo grande a toda la gente que fue partícipe o partenaire en esta aventura.

Salud Antonio!

Aitor Cuervo Taboada

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