Desde puerto
Entonces tú me pediste la mar
y yo que ya había sido marinero
morí de miedo y a la hora de zarpar
saqué mis despojos de tu velero.
Porque esta vez yo no quería anclar
las entrañas a tu embarcadero,
en cubierta te vi y te vi llorar
cuando desde puerto grité “te quiero;
cuídate, no cambies, sigue viva,
siempre tan caótica y subversiva,
nunca jures tampoco hagas promesas
y quizás con el paso de unos años
o una colección de desengaños
sea otra vez mi boca a la que besas.”
Mis más sinceras felicitaciones.
ResponderEliminarMe ha llegado hasta el corazón que normalmente digo no tener.
Me gusta. Me encanta.
Me siento identificado con cada verso, con cada palabra.
Quizás por ironias del destino, este marino en potencia (me queda poco tiempo para serlo...crucemos los dedos) ha tropezado con este blog. Concretamente con estas palabras...
Palabras por las que te felicito una y mil veces.
Tienes un nuevo seguidor ^^
Por favor, continua con tu buen hacer.
Gracias.
A veces hasta los marineros necesitan de tierra firme, cruzo los dedos contigo.
ResponderEliminarGracias a tí, por tus palabras, por la sinceridad que vislumbro en ella, bienvenido amigo, seguiré con mi hacer, hasta que caiga la última bomba.
Aitor Cuervo Taboada.
Siempre estará ahí la mar por si algún día estás dispuesto a retomar las andadas. Eso no falla.
ResponderEliminarMe ha encantado. Tu manera de describir algo sin hacerlo, de saber hacer llegar las palabras sin decirlas, siempre me dejará boquiabierta.
Encantada de seguir saliendo encantada de tu blog. Un saludo.